Todas las aquí presentes somos mujeres que un buen día nos ofrecieron dejar nuestras obligaciones aparcadas por tan sólo una hora….. para bailar.
No sabemos muy bien porqué, aceptamos la propuesta, esperando encontrar un poco de estabilidad en este mundo tan inestable que nos ha tocado vivir.
Fíjate tú que nos dio por eso. Para evadirnos de nuestras obligaciones preferimos movernos al son de la música que montar en bicicleta, practicar la natación o hacer punto de cruz…Cada uno con lo suyo….lo que lo hace especial es que a nosotras nos dio por bailar.
Y creo saber el porqué.
Creo que con la danza no sólo movemos el esqueleto desafiando la ley de la gravedad ….si no que desafiamos nuestra permanencia en un estado anclado por el peso de nuestro estresante, aburrido, o asqueroso día…o sea, que con la danza nos obligamos a, por una hora, tener un ratito de felicidad.
La verdad es que nos lo merecemos.
En este particular desafío con la danza, pretendemos además, no sólo aprender unos pasos , si no volver a jugar como cuando éramos pequeñas, echando unas risas y soltando algún comentario irónico que de pie a un montón de sonrisas de compañeras que se han vuelto tan niñas como una.
Y parece que estemos en el patio del colegio cuando hacemos el “soldadito” con Hayal, que últimamente le ha dado por enseñarnos ese paso, y la clase parece una versión de “Soldados” con la música de fondo de las “muñecas de Famosa se dirigen al portal”.
En fin. Que además de volver a ser niñas, cuando nos lo pide el cuerpo, podemos acabar convirtiéndonos en auténticas vampiresas del espejo….para vernos reflejadas y saber que estamos progresando, y que un paso que ayer no te salía hoy parece que mejora…y sabes que tarde o temprano aprenderás a hacerlo.
O tal vez sea de aquellos días que son tan malos que no te sale ni una de bien, pero al menos no estás pensando en lo que realmente más te duele, así que un poco de estas clases de “anestesia mental” ya van bien.
Y cuando todo acaba con una buena relajación final, entonces podemos confirmar que el desafío con la danza ha dado frutos, y una se siente más feliz por muy cansado y duro que haya sido el día.
Un beso .
6 comentarios:
Hola Zubel, yo estoy deseando que llegue mi hora de danza y procuro no tener ningún impedimento para asistir, estoy segura que tendría "mono".
Besos para todas las danzarinas.
Terra
Preciosa descripción de lo que nos lleva a la danza y nos engancha a ella, me la grabo en la memoria para momentos bajos.
Un saludo
Me encanta lo bien que has descrito las clases.
No se trata solo de aprender a bailar sino de reír, conectar contigo misma, liberar tensiones, volver a jugar un poco con la vida como cuando éramos niñas y compartir todo eso con nuestras compañeras de baile.
Que envidia sana.
Lo que llevo peor de la baja es el no poder bailar y tengo todavía para unas cuantas semanas :-(
A ver si me enviáis un poquito de la energía de las clases!!
un besito para todas
!!Pues claro que te enviamos energía!! Muy pronto estaràs recuperada del todo y tendremos que hacer clases extras para que te pongas al día con las coreos.
Un besito.
Chicas!
Es fantástico comprobar que existen personas que hablamos el mismo idioma!!!
No te preocupes nadima, que esto es como ir en bicicleta, nunca se olvida!
Publicar un comentario