La inmensa mayoría de personas que asisten a una clase de danza oriental son mujeres. A los hombres les atrae y les repele al mismo tiempo la idea de una feminidad sagrada, sensual y potente. Puede ser que la idea de un hombre ejecutando la danza oriental no encaje, pero en el mundo árabe todos los hombres bailan.
La danza de los hombres tiene muy pocas diferencias respecto a la de las mujeres. Los movimientos básicos son exactamente los mismos que los que hacen las mujeres, con la unica diferencia de que los ejecutan un poco más secos y con más fuerza.
Si eres un hombre y estás planteándote tomar clases de danza oriental, quiero animarte a ello, aunque probablemente detectaras que tu cuerpo te conduce naturalmente a expresarte de un modo distinto que tus compañeras de clase . Es posible que te encuentres que tus caderas tardan más en dejarse ir que la de las chicas, mientras que tus hombros ganan protagonismo.
No olvides que muchos de los más respetados bailarines y coreógrafos de la danza oriental son hombres: Mahmoud Reda, Ibrahim Akef, Shokry Mohamed y Magdy El Leysy.
Ten paciencia y descubre como reacciona tu cuerpo ante la propuesta que supone esta danza.
Los valores de autoconocimiento y sensibilidad ante el propio cuerpo no hacen distinciones de sexos. Animate.
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